La guía de Almudena Rosa

Almudena Rosa
La guía de Almudena Rosa

Las Cadenas.

Es un pequeño restaurante. Está en Ledesma y hay que reservar. Calidad precio muy buena. Para las compras de lo básico hay una tienda en la plaza de la Iglesia. Muy buenas las Rosquillas de Ledesma. Las auténticas las hacen en el Horno de Genaro que está enfrente de la casa. Y para comprar carne buena en la Carnicería de Angel.
Muy buena relación calidad precio. Es conveniente reservar
Restaurante Las Cadenas
18 Cta. Carmelitas
Muy buena relación calidad precio. Es conveniente reservar
Es un sitio muy peculiar. Muy conocido por la gente de Salamanca. Comida casera y un trato muy agradable. Muy aconsejable la mesa con quesos que te sacan en los postres.
La Fernandica
2 C. Cerezo
Es un sitio muy peculiar. Muy conocido por la gente de Salamanca. Comida casera y un trato muy agradable. Muy aconsejable la mesa con quesos que te sacan en los postres.

Lugares emblemáticos

Aunque hoy es sólo un viejo pontón de cinco arcos al que se le están desmoronando los petos, en el pasado fue una más de las obras que los romanos se marcaban cuando decidían trazar una de sus calzadas. Esta, en concreto, era sólo una de las cinco que unían la localidad de Bletisa, Ledesma ahora, con el mundo. Más adelante, cuando la trashumancia se convirtió en una actividad ganadera que movía millones de cabezas de ganado en busca de los mejores pastos en cada momento, también sirvió para que las merinas o el vacuno salvaran por él las corrientes caprichosas del río Cañedo sin quedar atascadas en los barrizales del invierno. Pero gran parte del encanto de este rincón solitario estriba en las dimensiones y edad de la venerable dehesa que lo rodea: si no hay dehesa fea esta, desde luego, está a la altura del monumento que alberga en su interior.
Ledesma, Castile and León
Aunque hoy es sólo un viejo pontón de cinco arcos al que se le están desmoronando los petos, en el pasado fue una más de las obras que los romanos se marcaban cuando decidían trazar una de sus calzadas. Esta, en concreto, era sólo una de las cinco que unían la localidad de Bletisa, Ledesma ahora, con el mundo. Más adelante, cuando la trashumancia se convirtió en una actividad ganadera que movía millones de cabezas de ganado en busca de los mejores pastos en cada momento, también sirvió para que las merinas o el vacuno salvaran por él las corrientes caprichosas del río Cañedo sin quedar atascadas en los barrizales del invierno. Pero gran parte del encanto de este rincón solitario estriba en las dimensiones y edad de la venerable dehesa que lo rodea: si no hay dehesa fea esta, desde luego, está a la altura del monumento que alberga en su interior.